El viernes, estando de prácticas en el hospital, me ocurrió una cosa muy curiosa. Fui a atender a Carmen, una mujer mayor, de unos 70 años aproximadamente. Ella es muy habladora, tiene una oratoria espectacular, un sentido del humor muy pronunciado y muy buen humor, algo carente en muchas personas que están en su mismo estado. Me gusta escuchar sus opiniones, porque siempre tiene algo curioso que decir. En una de las ocasiones que pasé a su habitación estaba con su hija, que también tiene un carácter apacible. Yo no presté atención a la televisión, como es lógico, pero debe ser que estaban viendo un programa de esos que abundan últimamente, en los que sale gentuza hablando de su vida privada y de la vida de los demás, o por el contrario, hablando de asuntos de los que no tienen ni idea, programas que te matan las neuronas cerebrales con sólo mirarlo durante 5 segundos. No sé por qué lo hizo, pero Carmen se sintió avergonzada por tener ese programa puesto (ya ves tú, tengo asumido que a esas edades la gente mata el tiempo como sea, no voy a juzgarlo), y se excuso diciendo que estaba esperando a que pusieran el siguiente programa, que le interesaba muchísimo. Por seguir la conversación, pregunté de qué programa se trataba, y curiosamente me contesto:
- Es un programa sobre política, hacen debates y comentan temas de interés.
Me sentí muy orgullosa de su contestación, pero antes de que pudiera decirle nada, su hija me defraudó, diciendo:
- Buenooo, le gusta muchísimo ese programa. No sé cómo puede verlo, si con escuchar la canción de inicio ya te aburres. No entiendo como le gusta tanto. Yo me duermo cada vez que lo veo.
Y se empezó a reír. Obvié la contestación de la hija, ya que no merecía mención, y le dije a Carmen:
- Ojalá y todas las personas de este país tuvieran el mismo interés por los temas que nos afectan a todos. Si fuera así no estaríamos como estamos, te lo aseguro.
Esta anécdota me sirve para decir que no vale con que cien personas tengan conciencia social, y se preocupen por el estado de nuestro país, reivindicando las mejoras que todos necesitamos, y pidiendo cambios razonables en el sistema podrido que tenemos. No vale de nada si no actuamos todos unidos, todos a una voz. En estos momentos, lo único que sobra es gente indiferente.
"Una sociedad sin voces críticas deja de ser una sociedad viva para convertirse en una sociedad vacía, en donde el espectáculo de la política o, por mejor decir, la política como espectáculo, suplanta no sólo la reflexión ética, sino la conciencia misma de la realidad."
J. Goytisolo
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